Ella habla, habla mucho, habla demasiado.
Ella piensa, piensa mucho, piensa demasiado.
Ella siente, siente mucho, siente demasiado.
Ella habla lo que piensa sin pensar lo que habla, y habla lo que siente sin poder pensarlo, y cuando piensa lo que siente lo habla otra vez y siente que tiene que hablar lo que piensa, y piensa que es necesario hablar lo que siente, y no se da cuenta de que lo que siente es de ella, y no se da cuenta de que lo que piensa es de ella, y no se da cuenta de que ella no es la única que habla, piensa y siente.
1 comentario:
Es culpa del cerebro que no sabe cúando detenerse y tomarse un mínimo descanso.
Aunque sea para un faso.
Saludos
J.
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