Hay un mundo allá afuera, pero también hay un mundo acá adentro. El de afuera es sorprendente, el de adentro también. El de afuera es inabarcable, gigante, genera esa adrenalina de lo desconocido, el de adentro también. El de afuera te necesita, el de adentro también. Entonces el de afuera y el de adentro son un solo mundo al que pertenecés.
1 comentario:
Una vez que sabemos eso, que lo externo y lo interno es uno, podría suponer que la cosas serían más fáciles, pero, lamentablemente, pocas veces lo son.
Saludo rubia.
J.
Publicar un comentario