domingo, 11 de julio de 2010

Ella habla, habla mucho, habla demasiado.
Ella piensa, piensa mucho, piensa demasiado.
Ella siente, siente mucho, siente demasiado.
Ella habla lo que piensa sin pensar lo que habla, y habla lo que siente sin poder pensarlo, y cuando piensa lo que siente lo habla otra vez y siente que tiene que hablar lo que piensa, y piensa que es necesario hablar lo que siente, y no se da cuenta de que lo que siente es de ella, y no se da cuenta de que lo que piensa es de ella, y no se da cuenta de que ella no es la única que habla, piensa y siente.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es culpa del cerebro que no sabe cúando detenerse y tomarse un mínimo descanso.

Aunque sea para un faso.

Saludos

J.